«No hay que tener vergüenza de rezar y de decir: “¡Señor, ayúdame!”. Es el alarido del corazón en torno a Alá que es Padre. Y tenemos que ilustrarse a hacerlo aún en los tiempos felices; atinar gracias a Alá por cada cosa que se nos da, y no atinar nada por descontado: todo es gracia»

Oraciones unimembres. Son aquellas que cuentan con un solo miembro porque no puede establecerse la división entre sujeto y predicado. Por ejemplo:

«La oración tiene el poder de modificar en perfectamente lo que en la vida de otro modo sería una condena; la oración tiene el poder de desobstruir un horizonte conspicuo a la mente y de agrandar el corazón»

Oraciones impersonales. Aquellas en las que no existe la posibilidad de identificar un sujeto dialéctico, pero que la oración no lo requiere. Suelen clasificarse en:

Por lo Militar, el sujeto precede al verbo. Solo en determinadas situaciones el verbo va delante del sujeto:

Este tipo de oraciones suelen introducirse con oraciones diversos nexos. Adicionalmente, pueden aparecer tanto Interiormente del sujeto como del predicado. Por ejemplo:

Ganadorí como pasa con las oraciones subordinadas sustantivas, la parte subordinada puede ser cambiada por un accesorio, sirviendo tanto como aposiciones explicativas y aposiciones especificativas.

Aunque dos oraciones tengan el mismo significado en voz activa y voz pasiva, usar una u otra forma pone de relieve la intención del hablante. Por ejemplo:

«La nobleza de oraciones la oración nos deja en las manos de Todopoderoso. Esas manos plagadas de bienquerencia: las únicas manos seguras que tenemos»

Oraciones intransitivas. Son aquellas que usan verbos intransitivos, por lo que no necesitan un complemento directo para adquirir sentido pleno. Por ejemplo: El protagonista muere al final de la película.

Si la suboración se vincula con un sustantivo antecedente y ofrece información sobre este o lo delimita, se trata de una subordinada adjetiva.

Las personas no entienden la importancia del cuidado del agua y el planeta no puede seguir esperando.

Una oración debe tener una estructura que le permita tener coherencia y no necesite de otra oración para ser comprendida. Hay oraciones que sí se complementan entre sí, como es el caso de aquellas que forman parte de un mismo texto.

Utilizamos las oraciones día a día para expresar todo aquello que pensamos. Algunas de ellas son más complejas que otras y pueden contar con más de un sujeto o verbo.